Por Reynaldo Cruz.
Tomado de Universo Béisbol.
En los últimos días se ha hablado mucho sobre la posibilidad o incluso la inminencia de un supuesto diálogo entre Cuba y la Major League Baseball, e incluso se le ha dado como fecha el mes de noviembre (coincidente y convenientemente durante el Premier 12, lo que indica impasse en la actividad beisbolera dentro de la Isla). Una visita de Rob Manfred o de algún otro emisario de la MLB a Cuba, realizada de manera subrepticia y bajo el manto del silencio mediático, es el supuesto escenario en el que se desarrollaría tal evento, que tendría exactamente las mismas características que las conversaciones entre ambas naciones previas al restablecimiento de relaciones diplomáticas.
El deshielo de las relaciones ha tenido aún poco efecto —que sepamos, claro está— en el béisbol, toda vez que aún no se ha hablado de otra cosa que un supuesto interés de los Baltimore Orioles y los Boston Red Sox de efectuar partidos en Cuba. El hecho de que el Comisionado de la MLB también expresó que observaría detenidamente la evolución de las relaciones, por supuesto, el tan llevado y traído caso de Yulieski Gourriel también levantan sospechas. Sigue leyendo