Tomado de Béisbol Japonés
Por Claudio Rodríguez Otero
La clasificación de ayer de los Halcones de SoftBank a la Serie de Japón, un conjunto que cuenta en sus filas con Alfredo Despaigne y Liván Moinelo, aseguró el regreso de los jugadores cubanos a la gran final de la NPB después de 13 largos años de espera.
El legendario toletero Omar Linares, que vio acción con los Dragones de Chunichi en el clásico de otoño del béisbol nipón de 2004, había sido hasta ahora el más reciente antillano en participar en el evento.
Por supuesto, hay que acotar que apenas un representante de ese país llegó a jugar al circuito japonés en los 9 años posteriores a la partida de Linares (Juan Carlos Muñiz, en 2010), por lo que las probabilidades de que otro cubano llegase a esa instancia eran casi inexistentes.
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar a partir de la campaña 2013. Michel Abreu, que debutó ese año con los Luchadores de Nippon Ham, se alzó con el título de jonrones de la Liga del Pacífico y le abrió las puertas del circuito a varios de sus compatriotas.
El panorama mejoró aún más en 2014 con el acuerdo entre la NPB y la Federación Cubana de Béisbol que le permitió a las grandes estrellas que todavía estaban activas en la isla irse a jugar profesionalmente a Japón sin desertar su país.
Fui así como los renombrados Frederich Cepeda, Yulieski Gourriel y el ya mencionado Despaigne firmaron con conjuntos de la NPB e hicieron su exitoso debut en la liga, en especial los dos últimos.